12 de septiembre de 2009

Momentos

«El hombre grande es aquel que en medio de las muchedumbres mantiene, con perfecta dulzura, la independencia de la soledad», citó en su día Ralph Waldo Emerson. Como por arte de magia, tras un siglo de la cita, uno de los exponentes de ese hombre grande al que hace referencia Emerson se asemeja a Yann Tiersen. Dicen de él que mostraba poco interés en la escuela, que lo que veneraba era la música y su amplitud de la composición.
Y aquí encontró su razón de ser y su excusa para convertirse en artista de referencia.
Muchos dicen que el juego de su arquitectura es la de un multi-instrumentista, por aquello del dominio sobre diversos instrumentos como el piano, violín o guitarra eléctrica. Cuando regresó al conservatorio la sed de conocimiento sonoro se asentó en sus planes. El clavicémbalo, la mandolina o el piano juguete ampliaron la capacidad de Tiersen para la elaboración de nuevos sonidos.
Pero si algo domina son las emociones.

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