7 de noviembre de 2009

Sin titulo



Jose Pablo Feinmann
Filósofo.


¿De quién es "La Nación? ¿Quién maneja el Grupo Clarín? Si el Gobierno argentino compró Radio 10, ¿a quién compró en realidad? ¿Quién sostiene a "los creadores de opinión"?
Fragmento de "La filosofía y el barro de la historia"EL SUJETO ABSOLUTO COMUNICACIONAL"

No hay subjetividades autónomas. El sujeto absoluto comunicaciónal "sujeta" a los hombres de hoy. Les hace ver lo que hay que ver. Coloniza sus conciencias. Impide el más mínimo surgimiento de pensamiento crítico. ¿Puede haber "libertad de prensa" en un mundo en que lo informático se ha monopolizado como nunca, un monopolio internacional manejado por el Imperio, por el nuevo sujeto absoluto? Los sujetos viven abotagados de informaciones, pero no tienen una sola verdad. Sus mentes son moldeadas. Sus valores no son propios. Veamos un informe sobre el poder que los mass-media tienen en la actualidad. Ese poder es UNO e intenta someter a lo MULTIPLE. Lo que existe es el poder de lo UNO COMUNICACIONAL. Ese poder se dirige hacia el aturdimiento de las conciencias.

El informe es el siguiente: "Díez mega grupos controlan la prensa, radio y televisión de EEUU e influyen en América Latina y el resto del mundo. Quienes manejan estos medios adquirieron una importante cuota de poder que no emana de la soberanía popular, sino del dinero, y responde a una intrincada madeja de relaciones entre los medios informativos y de comunicación y las más grandes corporaciones transnacionales estadounidenses. Estos diez grandes imperios mediáticos muestran a Estados Unidos como una democracia ejemplar, regida por el llamado 'sueño americano de la libre competencia', donde todos tendrían 'iguales posibilidades de triunfar".

Esto es hoy el capitalismo comunicaciónal. El poder absoluto comunicaciónal no hace sino centrarse, logocentrarse, fonocentrarse. Ocupa la más absoluta centralidad. Pero a la vez, se expande. Es sobre todo, la real posibilidad que tiene el Imperio para sujetar las subjetividades.
¿Qué haremos ante el abrumador poder del sujeto absoluto comunicacional? Defender nuestra subjetividad. Dado que un sujeto que no puede imaginar no puede proyectar, no puede pensar nada alternativo al imaginario del poder. Porque eso es lo que quieren quitarnos. Y con la subjetividad nos quieren arrancar la posibilidad de la conciencia crítica, del sujeto crítico que es la trama de nuestra libertad. El poder hace todo lo que hace porque busca la imposibilidad del ACTO LIBRE. De repetir lo que dijo Descartes: "Dudo, y de lo único que no puedo dudar es de mi duda". Ahí tambalea la estructura.

No hay subjetividades autónomas. El sujeto absoluto comunicacional "sujeta" a los hombres de hoy. Les hace ver lo que hay que ver. Hablar de lo que hay que hablar. Coloniza sus conciencias. Impide el más mínimo surgimiento de pensamiento crítico. De aquí que los gobernantes busquen algún canal de TV libre. O lo compren. Pero, ¿a quién lo compran, bajo qué condiciones, qué pueden y no pueden decir? ¿De quién es "La Nación? ¿Quién maneja el Grupo Clarín? Si el Gobierno argentino compró Radio 10, ¿a quién compró en realidad? ¿Quién sostiene a "los creadores de opinión"? ¿Puede haber "libertad de prensa" en un mundo en que lo informático se ha monopolizado como nunca, un monopolio internacional manejado por el Imperio, por el nuevo sujeto absoluto? ¿Qué vemos de las guerras? ¿Qué sabemos de la verdad? ¿Hay verdades o el vértigo comunicacional las ahoga? Los sujetos viven abotagados de informaciones, pero no tienen una sola verdad. Sus mentes son moldeadas.
Opinan lo que opina el diario que leen, el Canal que ven, la telenovela que miran. Sus valores no son propios. Son los que los medios (en medio de una guerra fenomenal) imponen. Leamos un informe. Es apenas un informe sobre el poder que los MASS-MEDIA, a través de las políticas de fusión, tienen en la actualidad. Ese poder es UNO e intenta someter a lo MÚLTILPLE. Y lo somete. Ya no existe lo MÚLTIPLE. Lo que existe es el poder de lo UNO COMUNICACIONAL. Ese poder se dirige hacia el sometimiento, hacia el avasallamiento, hacia, muy especialmente, el ATURDIMIENTO de las conciencias. El mundo hace ruido. TODO ES RUIDO. Vivimos en medio de una ONTOLOGÍA DEL RUIDO. De una ONTOLOGÍA DE LA SOBREACTUACIÓN. Desde la gesticulación inflamada de un director de orquesta (pongamos: Zubin Metha al frente de cualquier orquesta sinfónica), desde las proezas vocales de Los Tres Tenores (Pavarotti, por ejemplo, podría ensordecer al planeta si se lo propusiera), desde la dramatización de los pianistas clásicos no bien les ponen delante una cámara (hay quienes tocan un allegro de Mozart con la sublimidad gestual que utilizarían para el adagio del Concierto de Ravel), desde cualquier relator de fútbol, desde cualquier locutor radial, desde cualquier pobre diablo que dice el estado del tiempo, TODOS GRITAN O SOBREACTÚAN. Lo UNO COMUNICACIONAL aplasta la subjetividad a través, entre otras cosas pero no lateralmente, del RUIDO. Ni hablar de Madonna o, peor (Madonna ES una artista), de los recitales de rock. El ruido, la bengala, el fuego, la muerte.

El Informe que quiero detallar es el siguiente: "Diez mega grupos controlan la prensa, radio y televisión de EEUU e influyen en América Latina: Diez mega corporaciones poseen o controlan los grandes medios de información de Estados Unidos: prensa, radio y televisión. Esa decena de imperios controla, además, el vasto negocio del entretenimiento y la cultura de masas, que abarca el mundo editorial, música, cine, producción y distribución de contenidos de televisión, salas de teatro, Internet y parques tipo Disneyworld, no sólo en el país del norte sino en América Latina y el resto del mundo.

"Cientos de millones de estadounidenses, latinoamericanos y ciudadanos de todo el planeta consumen a diario -directa o indirectamente- los productos informativos y culturales de los holdings AOL/Time Warner, Gannett Company, Inc., General Electric, The McClatchy Company/Knight-Ridder, News Corporation, The New York Times, The Washington Post, Viacom, Vivendi Universal y Walt Disney Company, propietarios de los medios más influyentes.

"Los diez grupos controlan los diarios nacionales de mayor circulación, como el New York Times, USA ToDay y Washington Post, cientos de radioemisoras y las cuatro cadenas de televisión con mayor audiencia en sus programas de noticias: ABC (American Broadcasting Company, de Walt Disney Company), CBS (Columbia Broadcasting System, de Viacom), NBC (National Broadcasting Company, de General Electric) y Fox Broadcasting Company (de News Corporation). Quienes manejan estos medios adquirieron una importante cuota de poder que no emana de la soberanía popular, sino del dinero, y responde a una intrincada madeja de relaciones entre los medios informativos y de comunicación y las más grandes corporaciones transnacionales estadounidenses, como la controvertida petrolera Halliburton Company, del vicepresidente Dean Cheney; el Carlyle Group, que controla negocios de la familia Bush; la proveedora del Pentágono Lockheed Martin Corporation, Ford Motor Company, Morgan Guaranty Trust Company of New York, Echelon Corporation y Boeing Company, para citar unos pocos. "Paradojalmente, estos diez grandes imperios mediáticos muestran a Estados Unidos como una democracia ejemplar, regida por el llamado 'sueño americano de la libre competencia', donde todos tendrían 'iguales posibilidades de triunfar'.

"Roma levantó el Coliseo para ofrecerle una diversión sanguinaria a las masas urbanas de su imperio. Hoy, cada vez que encendemos el televisor recibimos aterrados las crueldades de la propaganda de guerra del imperio estadounidense, aunque las noticias pretendan mostrar la supuesta bondad de sus soldados en Irak y las películas nos familiaricen desde niños con la muerte y la violencia. Petróleo y recursos naturales para las transnacionales y circo para los pueblos, parece ser la consigna del imperio, sólo que ahora el circo está instalado en los hogares, por voluntad de unas reducidas elites mundiales.



Fuente: http://www.hablemostodos.gov.ar/NotaAmpliada.asp?Nota=200#Top

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