Desde hace unos meses se esta oyendo a lo lejos una propuesta denominada Renta Básica Universal, que consiste en que todos los ciudadanos de un Estado perciban una renta mensual de unos 400 € para que puedan sobrevivir.
Esta medida
ha sido aplaudida y vitoreada por la gran mayoría de la izquierda
oficial, incluso entre muchos sectores del movimiento libertario. Cuando
en realidad como veremos a continuación se trata de una medida
destructora en grado sumo de las clases populares por los siguientes
motivos:
1) Dineros sucio: Esta
reflexión hace inca-pie en el aspecto ético de la aceptación de
cualquier dinero que proceda del Estado, ya sea una renta básica, una
subvención, una ayuda social, una pensión, etc… dado que el dinero que nos mendiga el Estado es un dinero manchado de sangre. Es decir, de donde procede dicho dinero.
Quizás de la venta de armas
de las empresas “publicas” de fabricación de armamento estatal como
Santa Barbara, que durante muchos años se han dedicado a la venta de
minas antipersonales (si esas que dejan a los niños africanos sin
piernas) o a las bombas de racimo que utiliza Israel contra el pueblo
palestino. Aquí cabe destacar el genial discurso pronunciado por Gervasio Sanchez (periodista y fotógrafo) durante la entrega de los premios Ortega y Gasset el 7 de mayo de 2008:
O quizás nuestra Renta Básica provenga de alguna multa de esas miles que últimamente ponen a discreción ante cualquier manifestación por muy ciudadanista que sea esta.
O quizás de algún desahucio,
por que estos también generan un gran benéfico económico al Estado
principalmente por las costas judiciales que recaen sobre el desahuciado
y suele llegar a cifras tan impagables como los 50.000 €. Sin contar
con que dichas costas judiciales cada año van subiendo dado los
intereses de impago.
O de los impuestos empresariales,
y por ende de la extracción de plusvalía y de la destrucción
medioambiental. Y suponen un montante de 8.000 € por trabajador y año.
2) Dinero no merecido:
Ante las sangrante realidad que muestra el primer punto, también
podemos observar como mucha gente esta dispuesta a mirar para otro lado y
extender la mano. Incluso justificando que como ellos pagan impuestos,
esta bien que le den algo a cambio. Pero es que no quieren admitir desde
este posicionamiento cínico, que el dinero que nos roban con los
impuestos en dinero que nos lo quitan en base a que sino pagamos este
diezmo al Estado este vendrá primero con recaudadores y abogados, y
después con policías y militares para hacer efectivo dicho pago o su
castigo sustitutorio. En otras palabras es un cobro con coacción. Sin
embargo el aceptar una ayuda o una Renta básica es hasta cierto punto una elección personal
con la cual legitimamos al régimen imperante, mucho peor que votar cada
cuatro años. Pues le demostramos que no podemos vivir sin él y sin sus
ayudas, sean del tipo que sean.
Si para
poner en aprietos al capitalismo es tan fácil como dejar de producir y
consumir mercancías. Para deslegitimar al Estado solo es necesario dejar
de pagar sus impuesto y de aceptar sus ayudas.
Por no
hablar que es un dinero que no surja de nuestro esfuerzo y trabajo
directo, con todo el paradigma cultural que esto acarrea. Dado que si
desde la izquierda se suela criticar la Caridad católica, no es menos
degradante la Caridad estatal. Por que al hambriento no hay que darle peces, sino enseñarle a pescar….
3) Dinero mercantil:
En una economía capitalista globalizada como la actual no es necesario
que en los Estado Nación tengan producción y consumo en un mismo
territorio se pueden tener países netamente productivos como China,
donde se pueden trabajas 16 horas seguidas. Y países meramente
consumistas como EUA o la UE. Por este motivo un país con baja
producción de mercancías como es actualmente el Estado español se puede
ensamblar perfectamente dentro de las dinámicas neo-liberales mediante
una renta básica estatal que haga que sus esclavos asuman la función de
consumidores, que es un trabajo más agotador y alienante que el
productivo.
Por otro
lado, que esta renta básica facilite el consumo de mercancías fabricadas
en China abre otro debate ético en pos de la destrucción de la
Naturaleza mediante en consumismo atroz occidental. Esta vez
subvencionado por el Estado, para que continué esta lógica de robo de
materias primas, transformación de la mismas en mercancías inútiles,
consumo de estas en otros países a un coste más elevados, y su fin
contaminante en algún vertedero, con un poco de suerte.
4) Dinero desmovilizador:
Si algo he aprendido estos últimos años es que entre las bondades de la
autogestión no se encuentra solo la libertad de no tener que rendir
cuentas al Estado y/o al mecenas empresarial de turno. Sino que favorece
en aprendizaje de una serie de actitudes y técnicas de supervivencia
fuera del acomodamiento empobrecedor que nos ofrece el ente
Capital-Estado.
Y como
muchas ONGs y Asociaciones acaban de aprender a la bravas, vivir de
subvenciones genera unas dinámicas de apacalancamiento, corrupción y
desgana. Que conlleva a una falta de apoyo social de las mismas. Y ahora
que el Estado les corta el grifo por simple crisis económica del mismo o
bien por que estas ya no les son útiles a sus intereses, se ven en la
diatriba de realizar EREs o de bajar la persiana definitivamente.
.
Todo lo dicho se puede resumir en la siguiente parábola: Unas jubiladas en un residencia de ancianos comentan los siguiente: “La cena de ayer fue una mierda”. A lo que la otra responde: “Sí, y además nos pusieron muy poca..”. Pues lo dicho.
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